.

.

Thursday, January 12, 2006

¿Estos son García y Giampietri, qué les parece?

En recientes declaraciones a un diario local el Vice-Almirante en retiro Luis Giampietri, candidato a la primera vicepresidencia en la formula presidencial de cualquier Aprismo, menos del Aprismo de Haya de la Torre, ha dicho textualmente y sin ambages que “de lo que se conoce hasta el momento no encuentro consistencia en las acusaciones contra el presidente Alberto Fujimori”. ¿No encuentra consistencias el señor Giampietri?

Hace uno días la periodista Rosa María Palacios, conductora del programa “Prensa Libre”, nuevamente puso en las pantallas de televisión de todos los peruanos –menos, aparentemente, de Giampietri y de Alan García- las declaraciones del homicida de Barrios altos y La Cantuta, cabecilla del tenebroso “Grupo Colina”. En ese video el criminal Martín Rivas sindica clara y fehacientemente al señor Alberto Fujimori como autor intelectual de esa masacre y además lo señala como el mando que otorgó luz verde a una operación siniestra que terminó con las vidas de peruanos inocentes, entre ellos mujeres y niños.

La importancia de este esclarecedor video es de tal magnitud que ha sido enviado como prueba por la Procuraduría del Perú a las autoridades judiciales chilenas que tienen la vista de la causa de extradición contra el sátrapa Fujimori..

En ese contexto, las declaraciones de Giampietri con relación a Fujimori ya dejaron de ser exactas para convertirse en amorales y encubridoras y por ello deberían merecer la condena inmediata de cualquier peruano o aprista que tenga un mínimo de respeto por la vida, por los derechos humanos y por la verdad.

Pero el día de hoy en Radio Programas del Perú, pese a la existencia de ese video y a su difusión por la televisión peruana, el señor Alan García Pérez en declaraciones realmente escandalosas, refiriéndose a lo manifestado por su candidato a vicepresidente, y reitero, su candidato, le ha dicho a los mismo peruanos que vimos el video del criminal de Barrios Altos y La Cantuta, que el señor Giampietri es un invitado del APRA y que él, su candidato, tiene su propia y respetable opinión sobre Fujimori.

Es evidente que entre García y Giampietri hay algo en común más allá de los desperfectos técnicos que deben estar afectando sus televisores. Y ese algo en común es Fujimori. El primero es capaz de todo por llegar al poder, inclusive invitar (dijo él “cuando YO invito a alguien…”) hasta el mismísimo diablo. Y el segundo, a cerrar los ojos ante las evidencias con tal de limpiar de responsabilidad hasta el mismísimo diablo.

Los apristas que valoramos a Haya nos avergonzamos de esta alianza con el diablo, pero García no se inmuta. Es más, como para dejar bien en claro que él separa lo ético de lo “estrictamente profesional”, en otra patinada García dijo que su interés por Giampetri era por su dominio en temas como seguridad y lucha contra el terrorismo, entre otros (también mencionó otras “especialidades” del vice-almirante, como pesquería y la corriente del niño). Si es así, y considerando la particular valoración de García de lo que es ético, el candidato natural de cualquier Aprismo terminará por invitar al partido a Vladimiro Montesinos, especialista en materia de seguridad y terrorismo, o al cabecilla de la masacre de Barrios Altos y La Cantuta, Martín Rivas, también especialista en los mismos temas.

Hace unos meses García presentó en sociedad en “Brisas del Titicaca” a esa hipérbole pomposamente titulada “Frente Social”. Con tantos amigos de tertulia, ensanchados por la buena comida y el trago, resulta difícil entender por qué razón García no encontró entre estos comensales, “profesionalmente” reclutados por Jorge del Castillo, a otro especialista en los mismos temas que, aparentemente, domina sin competencia alguna el “irremplasable” vice-almitante Giampietri. ¿O es que es del todo evidente que del Castillo hizo un mal trabajo con sus “reclutas” Frente Social?

Si algún digno aprista todavía pondera la memoria ilustre de Haya de la Torre no avalará esta situación sin nombre de la que es activo responsable el señor Giampietri y que ha sido creada por el torpe autoritarismo del señor García. Torpe sí, porque mientras el Perú se encuentra en una batalla legal que es seguida por la prensa internacional y que tiene por objeto extraditar al criminal de Fujimori sobre la base de pruebas fehacientes como el video de Martín Rivas, el candidato a la vicepresidencia de cualquier Aprismo, el señor Giampietri, no encuentra consistencias en la acusación contra el sátrapa a cuyas órdenes operó impunemente un vulgar asesino. Todo esto, claro está, con la bendición de García. ¡Y otro punto más para Ollanta Humala!

Boston, 9 de enero del 2006

Wednesday, January 04, 2006


El “cambiazo” de Alan García y Jorge del Castillo:
Un plan de seis meses para no cambiar nada

por Marco Antonio Flores Villanueva,
Desde Boston, USA

Hace unas semanas el “candidato natural” del Aprismo dijo que en seis meses cambiaría el Perú. Tal declaración de suficiencia y ciencia ficción produjo, lógicamente, una interrogante que partió, en este orden, de la tumba santa donde yace la luz en la heroica Trujillo, de los desconcertados compañeros que forman el equipo de plan de gobierno, de economistas, de políticos de otros partidos y de los diferentes medios del país. Esa interrogante se contenía en una sencilla y angustiosa pregunta ¿Cómo?

El dia lunes 2 de los corrientes Jorge del Castillo, gemelo ideológico de García, se presentó en “Ampliación de Noticias” de RPP y en cinco minutos nos “sacó” a todos de la duda respecto a cómo García haría esa maravilla de cambiar el Perú en seis meses si, como todos tenemos entendido, menos García, por supuesto, Harry Houdini, el más famoso mago de todos los tiempos, no ha sido reclutado por Jorge del Castillo en esa hipérbole denominada Frente Social.

Así, muy suelto de huesos del Castillo dijo, entre otras surrealistas afirmaciones, que éste no es un tópico para planes de gobierno, porque, según él, “ningún peruano los entiende” (y todavía tiene la frescura de criticar a Ollanta HumalA, sin plan de gobierno conocido). Y acto seguido nos habló de un “plan de emergencia de seis meses” destinado a “transformar el Perú”. ¿Cómo? La pregunta surgía otra vez. Todos esperábamos una explicación inteligente y precisa de los instrumentos en política económica que lograrían la maravilla de transformar el país en solamente seis meses, es decir en un tiempo récord sin parangón en la historia de la humanidad.

“Los planes de gobierno –dijo del Castillo- son muy etéreos, el pueblo quiere escuchar medidas concretas”. Y acto seguido disparó su bateria de “medidas concretísimas” (¡eso le gusta a la gente!) para transformar el Perú en seis meses: “Más inspectores de trabajo, más policias, menos sueldos para ministros, menos sueldos para los congresistas, menos prefecturas, todos a Essalud, más crédito aquí, más crédito por allá, etc.” Es decir, más o menos nada porque en los seis primeros meses ningún cambio estructural sería iniciado en el país bajo el gobierno del compañero-presidente, ni en la organización del poder político, ni en el campo económico.

Mientras en otras latitudes del globo otras naciones maduraron políticamente y tomaron conciencia de la necesidad de enfrentar la pobreza y el subdesarrollo con planes de largo aliento y medidas estructurales que apuntaron a un modelo económico de desarrollo sostenido, los líderes del Aprismo Light, ahorcados por las encuestas, la improvisación, y su evidente falta de imaginación, recurren a propuestas efectistas que más se parecen a la aplicación del alcohol para intentar “curar” la septicemia.

Hace unos meses atrás Jeffrey Sachs nos ha recordado en su interesante libro “The End of Poverty”, editado por The Penguin Press, la importancia del desarrollo sostenido. En 1820, dice Sachs, todas las regiones del planeta eran pobres. Desde aquel año hasta 1998 el producto nacional bruto per capita de los Estados Unidos creció a un porcentaje anual aproximado de 1.7 % mientras el crecimiento de Africa por el mismo período fue de 0.7 % por año Nótese que la diferencia entre ambos porcentajes no parece mucha, pero en un período largo los resultados son dramáticos.y están a la vista de todos. Hoy día los Estados Unidos es la economía más rica del planeta, sin haber crecido 8% anualmente como sí lo hace China con grandes problemas de desigualdad, mientras Africa es un continente sin futuro y condenado a la pobreza. “La llave fue consistencia –dice Sachs- el hecho que los Estados Unidos mantuvo el mismo crecimiento por casi doscientos años”

En otras palabras, la llave para cambiar el país no son seis meses de imposible superdesarrollo sin precedentes en el mundo, ni “cambiazos” como los que propone García y del Castillo con la aplicación de medidas electoreras inocuas que quieren sustituir y reemplazar serios planes de gobierno y reformas estructurales que resuelvan definitivamente los graves problemas del Perú.

Y es que una vez más, como en 1985, estamos frente a un candidato presidencial, el candidato natural de cualquier Aprismo, que no ha cambiado, que sigue siendo el mismo que fue analizado certeramente por John Crabtree en su obra “Peru under García: An opportunity lost” (hoy reditado en español con el título “Alan García en el Poder”), es decir el Alan García que piensa y cree que él lo puede todo y a su particular y regalado modo y que la realidad puede ser recreada nuevamente con el poder fantástico de su verbo y con la “ayuda” simplona, claro está, de Jorge del Castillo.

Por ello me temo mucho que estamos frente a la reiteración infame de la improvisación que traería no solamente más desorden y más caos en el país, como sucedió en 1988, sino también el peligro inminente de la desaparición de un partido político que estaba destinado no a llevar a García al poder, no a controlar a la clase política del país para que sobreviva a su manifiesta incapacidad culpable, no a castigar a la burocracia estatal matándola un poquito más cada día con su asistencia forzada a Essalud, sino a transformar al Perú desde lo más profundo de su estructura política, social y económica, en forma planificada y sostenida, como lo quiso Haya de la Torre, para garantizar la continuidad de un cambio real y definitivo para todos los peruanos empezando por los más pobres.

Boston, 4 de enero del 2006