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Wednesday, June 28, 2006


Tregua por el Perú

En el marco de unas elecciones limpias y democráticas, lo que confirma su indiscutible legitimidad, Alan García Pérez ha sido elegido nuevamente Presidente del Perú. Se abre así un nuevo capítulo en la historia del país y del Partido del Pueblo.

Ha sido este acto electoral una muestra de civilización y una afirmación del sistema democrático, imperfecto claro está, pero un valor cuya continuidad en el tiempo nos permitirá, con la ayuda del todopoderoso, perfeccionarlo y tal vez transformarlo hacia una democracia más participativa, más plural y más humana.

En ese sentido será necesario, importante, urgente leer con sabiduría las cifras que arroja esta jornada electoral que ya fenece. El sur andino del Perú lo está reclamando y con una clarísima señal que ojalá sea bien interpretada por las autoridades que conducirán el país a partir de este 28 de Julio.

En las primeras horas esta noche, luego de conocidos los resultados de los comicios, el presidente electo parece percibir esa urgencia y ha dado las primeras muestras de estár encaminado a satisfacer esa necesidad histórica.

Si ese es el proyecto y ese el propósito, una tregua resulta natural para que el nuevo gobierno dirija todas sus energias a materializar tan formidable objetivo, que constituye, en suma, la esperanza de la peruanidad y la tarea histórica del APRA.

Desde esta tribuna y a lo largo principalmente, de la primera vuelta electoral, he sido, con propuestas concretas, un constante crítico de muchas de las iniciativas de García y un duro censor de la dirigencia nacional del Partido del Pueblo. Pero esta noche se inicia un nuevo proyecto que quiere y debe ser nacional y lo maduro, lo responsable es crear las condiciones necesarias para que el proyecto sea exitoso, más allá de las discrepancias políticas, porque primero está el Perú y García ha dejado de ser desde esta noche el líder del partido para convertirse, por voluntad popular, en el presidente de todos los peruanos y el conductor de un país que está buscando desesperadamente la justicia social dentro de la libertad.

Macera dijo alguna vez que el Perú es abortivo, refiriéndose así a todos las cosas que no ocurrieron o que murieron a mitad de camino en esa historia frustrante que es la vida nacional. No podemos cometer los mismos errores y confirmar esa tendencia suicida de destruir promesas. Debemos contribuir a que ellas se cumplan y para ello es preciso orden y unidad. Por eso la tregua. La tregua primero entre apristas. Desde aquellos que formamos parte de los que luchan por la renovación del Aprismo hasta aquellos que nos combatieron.

Y desde esta noche esa tregua se inicia para mí y espero para todos los compañeros de la renovación aprista, pensando en la felicidad del Perú y en el futuro de nuestos hijos, ahora en manos de un presidente que ha sido elegido democráticamente.

Tengo además la esperanza que la dirigencia del partido sabrá interpretar esta posición y procederá a renovar sus autoridades democráticamente, para que el partido cumpla de la mejor manera y con la mayor independencia de sus autoridades gubernamentales, su vigilante papel de los actos de gobierno a partir de este 28 de Julio.

Que el Dios de nuestros padres y los manes de los hombres y mujeres que dieron su vida por el Perú, por Haya de la Torre y por la Alianza Popular Revolucionaria Americana nos iluminen y que la promesa de la vida peruana se haga realidad en cada rincón de la patria que amamos.

Boston, 4 de junio del 2006